Bajo el título “El Buque del Futuro”, el Clúster Marítimo Español reunió el pasado 6 de marzo, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales, a un conjunto de expertos civiles y militares con el fin de analizar los principales motores de cambio tecnológico en la industria de la construcción naval. Los conferenciantes nos describieron el buque del futuro, también llamado “Smart Ship”, el cual (1) se diseñará, construirá, testará y operará a partir de un “gemelo digital” (“digital twin”) capaz de reproducir y simular cualquier escenario potencial adverso, gracias al procesamiento del “Big Data” (datos de funcionamiento de máquinas, datos meteorológicos, marinos, de tráfico, geográficos, de carga, etc.) obtenido mediante conexión 24 horas en streaming del buque real, así como gracias al uso masivo de algoritmos de “machine learning” (aprendizaje de máquinas), capaces de identificar y rectificar errores de funcionamiento pasados (accidentes, incidencias, etc.) a través de un mantenimiento automatizado y predictivo; (2) estará forrado de sofisticados sensores, robots y sistemas de comunicación capaces de suministrar online ese preciado “Big Data” al operador, así como capaces de guiar al buque de modo completamente autónomo, sorteando todo tipo de obstáculos y cumpliendo “misiones” específicas de transporte u otras que se le encomienden (lo que plantea evidentes retos y riesgos en el ámbito de la ciber-seguridad); (3) tendrá todos sus documentos y certificados digitalizados; (4) dispondrá de piezas de repuesto fabricadas por impresoras 3-D en Astilleros 4.0; (5) estará construido con materiales avanzados que reduzcan las vibraciones, la fricción, el peso, la corrosión y el “fouling”; (6) estará mantenido, supervisado e inspeccionado por sistemas robotizados y drones (anti-incendios, de reparación); (7) consumirá nuevos combustibles, como el GNL y dispondrá de propulsiones híbridas; (8) suministrará un constante torrente de Big data al armador, cargador y autoridades portuarias, agilizando los tiempos de tránsito y la logística del transporte; (9) supondrá el crepúsculo de la marinería tradicional, alumbrando un nuevo tipo de marino acostumbrado a interactuar con sofisticados sistemas digitales; y (10) podrá monitorizarse (e incluso controlarse) desde un simple “Smartphone”.
¿Y todo esto para cuándo? Se trabajan con muchos pronósticos, ¿2025, 2030, 2050? En estos convulsos tiempos de efervescencia tecnológica ya nadie se atreve sino a conjeturar; pero una cosa está clara, los técnicos (particularmente los vanguardistas) siempre se olvidan de que el principal reto del “Smart Ship” no será, por ejemplo, el vencer la resistencia de la fricción de las olas del océano sobre el casco del buque sino vencer otro tipo de fricción más potente, a saber: la fricción legal (basta pensar en el difícil encaje que un “Smart Ship”, con toda su robótica e inteligencia artificial, podría tener en nuestra Ley de Navegación Marítima).
Por ello no puede extrañar que la UE ya se haya puesto manos a la obra y aspire a regular estos avances tan prometedores como desafiantes: http://bit.ly/285CBjM
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